"Quisiera saber llorar como un niño para sentirme mejor hombre"
"Vivo para creer; creo para vivir"

sábado, 17 de marzo de 2018

Gusanitos




Un día ventoso, desapacible; un domingo que invitaba más a zapatillas y caldos que a salidas más allá de un pan para comer.

Pero la devoción más que obligación, llevó mis pasos hacia donde repican las campanas de once en una torre con reloj de doce y cuarto.

Distinto banco, mismas caras, músicas y ornamentos.

Un hueco vacío a mi lado; nadie lo ocupaba. De repente, unos pantalones largos, unos zapatos negros, un abrigo gris y poco más de un metro de niñez de moreno cabello, se sentaron a mi lado.

Un chaval, un niño de blanca tez y mirada serena que portaba entre sus manos una colorida bolsa de salados gusanitos del que todos alguna vez nos hemos embadurnado labios y sonrisas.

Sus manos no se separaron de la bolsa ni un momento; era un tesoro a guardar esperando la ocasión para ser devorados.

Impropia quietud, tranquilidad, educación y saber estar en un niño de tan corta edad que me sorprendió con oraciones, golpes de pecho y respuestas que sabía cuál experto de almas mirando al cielo.

Admito que en esa ceremonia, yo jugué más que escuché; pensé más que atendí y me admiré más que sentí.

Porque ese niño en un momento especial, se arrodilló a mi lado, escondió la cabeza entre sus hombros y se mantuvo quieto, muy quieto como si el tiempo se hubiera detenido en él.

Instantánea de una escena que me admiró profundamente; una imagen de inocencia, de silencio interior, de un niño que sólo separó una de sus manos de su tesoro más preciado, para apretar la mía en una paz que para mí y para todos quisiera conservar siempre.

Marchó por donde vino; sin nadie que le esperara alrededor y dejó a un tipo como yo unos minutos dando gracias a  un cielo que vino a verme con sabor a gusanitos.


*Quiero dedicar estas letras a otro pequeño niño y su familia que horas más tarde atravesaron el corazón de muchas personas que no podemos comprender la maldad del ser humano.

A Gabriel y tantos otros ángeles que hoy y para siempre comerán gusanitos  sabor a Gloria.