"Quisiera saber llorar como un niño para sentirme mejor hombre"
"Vivo para creer; creo para vivir"

jueves, 18 de marzo de 2021

Ruinas

         


Es curioso observar mientras esperamos en los bancos de la Iglesia el comienzo de la Santa Misa, un elemento sin cuya presencia, quizás nada de eso sería factible.

Una columna de siglos, permanece a mi lado como testigo mudo de cientos de años de fe, devoción y seguramente también de alguna que otra hipocresía o falsedad.

Una columna con arrugas en forma de marcas, ahondamientos o señales de un paso inexorable del tiempo y de los tiempos. Vieja y quizás con la cara sin lavar, pero firme como siempre en su propósito y utilidad. Sin ella, se tambalearía una estructura que cedería a la maldad del derrumbe.

Y como ella, en una pequeña capilla, una barra de hierro acabada en una plancha metálica sirve como apuntalamiento de un techo que grita venirse abajo.

Así es la fe, así es mi fe; con momentos de firmeza y otros que necesitan ser apuntalados para no caer en la frialdad del insensible.

Suerte tenemos de contar con el gran Maestro de obras que sostiene las ruinas de nuestros pensamientos, palabras y omisiones.