"Quisiera saber llorar como un niño para sentirme mejor hombre"
"Vivo para creer; creo para vivir"

domingo, 11 de marzo de 2018

Una gracia y dos tostadas



Dos sillas, una mesa, una mujer joven y un hombre de cincuenta y pico primaveras con sus inviernos.

El lugar, un bar; el motivo, un encuentro necesario.

Dos cafés en día frío y dos tostadas untadas de mantequilla, melocotón y franquezas.

Era necesario que ese hombre y esa mujer por fin, después de tantos años mantuvieran una conversación en busca de consejo, comprensión y sinceridad mutuos.

No es buen año para ella; tampoco para él. Nubarrones cargados de precipitaciones amenazan con descargar torrentes de palabras, obras y omisiones.

Él la escucha; ella medita, explica y abre el tarro de las esencias de quien ha madurado una personalidad que quizás ya tenía y nadie acertó a descubrir.

Recorren juntos acontecimientos, situaciones, proyectos y acciones futuras con el único fin de encontrar sentido entre tanto sinsentido.

Y llegado a un punto, esa mujer mira con hermosos ojos llorosos a ese hombre pronunciando una frase enmarcada en verdadera sabiduría y sentido espiritual.

“Estoy recibiendo más gracias, que desgracias”

No hay nada más complejo que aprender de los reveses; no hay nada más maduro y profundo que sentirse agraciado entre tanta desgracia y mirar futuros de esperanza y paz interior. Lo vivido, vivido está; lo sentido, sentido estará; pero lo que quizás resulta más difícil de aunar, es fe con contrariedad y paz entre tanto interrogante.

Pero para eso están las conversaciones solitarias con Quien nunca nos deja solos y acaba siendo el mejor consejero que nadie pueda buscar y tener.

Ese hombre, se sorprendió de una madurez que no descubrió hasta ahora en quien un día le arropó con humor de niñez.

Es bueno dar gracias y las da y aún mejor encontrar gracias en desgracias en un día cualquiera en cualquier bar y con una mujer extraordinaria que sigue dándole aún más sentido a esta vida de fe que le ha tocado vivir con sabor a dulce de melocotón.

A ella, a Él, gracias.