"Quisiera saber llorar como un niño para sentirme mejor hombre"
"Vivo para creer; creo para vivir"

viernes, 18 de marzo de 2016

Una cuestión de peso




Nunca quise escribir tristezas; mis pensamientos no buscan nunca colores vestidos de ocre tonalidad, pero este año me persiguen los acontecimientos que invitan a caras serias y miradas empañadas de líquidos sentimientos.
Mientras esto escribo, no lejos de aquí, un hombre se debate entre la vida y esa otra vida que todos esperamos alcanzar algún día.
Un hombre, un amigo, un señor, una buena persona.
De esas gentes de apariencia bonachona y hechos que no hacen sino corroborar intuiciones.
Un hombre con el que he compartido risas, preocupaciones, reuniones, cervezas y mucha, mucha fe.
Me unen a él pocos años de conocimiento mutuo, pero existen amistades más allá de tiempos y cercanías. Nuestro nexo común siempre ha sido el Común Amigo.
Hoy es un tiempo de espera; un tiempo de tránsito hacia ese lugar que sin duda merece y le aguarda con las puertas abiertas de par en par.
Atrás quedarán familia, amigos, niños de catequesis y gentes de parroquia agradecida por su compañía, su cercanía y su forma de ser y estar.
Quería hoy, precisamente hoy, rendirle mi pequeño homenaje antes de que marche en silencio hacia un mundo mejor en el que espero nos volvamos a encontrar algún día para hacer de esta película que es la vida, otra eterna basada en hechos reales.
Me quedaré con su cara, su sonrisa de bonachón y con un pensamiento que siendo suyo, tomo prestado para decorar con orgullo de ahora en adelante este pequeño rincón de letras, cervezas y fe.


“Una pluma pesa; el amor por inmenso que sea, no”


*Dedicado a D. Pedro Rivera García, un amigo, un señor.