"Quisiera saber llorar como un niño para sentirme mejor hombre"
"Vivo para creer; creo para vivir"

martes, 10 de febrero de 2015

De cañas con Dios

Permitidme primero que me presente:

Mi nombre es Luis y así me conocen por estos lares.
De profesión, mis labores, al igual que todo trabajador que se dedique al meritorio arte de trabajar, con lo complicado que esta actividad se ha puesto en la actualidad.

No es difícil deducir que soy cristiano y además, católico. ¿Parece casi una osadía con los tiempos que corren verdad? Pero es así y me siento orgulloso y muy afortunado de serlo.
El hecho de ser católico me viene de lejos. Exactamente, desde mi bautismo y confirmación allá por el siglo pasado.

Ello no me ha provocado ningún tipo de secuela y me considero un tipo bastante normal, al menos, hasta donde yo conozco.
Nací, crecí, me desarrollé, me reproduje y pienso incluso si nadie lo remedia, morir algún día.

Me gustan las mujeres, me gusta el vino y si tengo que olvidarlas, bebo y olvido.
Amo la buena música. Desde los cantos gregorianos, hasta AC / DC.

Dependiendo el día, puedo ser el más místico entre los místicos o el más heavy entre los ídem, aunque mi melena al viento dejara de lucir en la prehistoria.
El cine, me apasiona, pero no voy por la vida de crítico; dadme a Rambo con unas palomitas y soy vuestro.

La lectura la respeto y ella a mí también. Digamos que no soy un ferviente lector desde mis tiempos de fanático de Stephen King, pero también presumo de haber leído El Quijote y quedar prendado, prendido y casi preñado ante tan soberbia obra.
En definitiva, creo que soy un tipo muy común. De esos al uso y casado; es decir, casi sin usar.

Y ahora que ya conocéis gran parte de mi vida, explicaré el motivo por el que decido abrir este blog.
En primer lugar, que nadie se lleve las manos a la cabeza con un título así para iniciar una andadura bloguera.

No intento ser irreverente. ¡Válgame Dios! Todo lo contrario.
El hecho de mezclar cerveza con el Altísimo es entre otras cosas, porque a mí, el tomarme una buena cerveza con un buen amigo, me lleva a sentirme como Dios.

Poder charlar de la vida largo y tendido mientras saboreamos el espumoso elemento, lo considero uno de los mayores placeres, al menos, de esta vida.
Y si ese Amigo es Él mismo, al que pido consejo, con el que comparto mis problemas, solicito ayuda y de quien más y mejor me puedo fiar, apaga y vámonos.

Bromas aparte, quisiera que éste fuera un rincón en el que poder plasmar vivencias, pensamientos, meditaciones, informaciones, oraciones, imágenes, música, humor y todo aquello que desde un punto de vista cristiano, me pueda servir a mí y a toda aquella persona que me quiera acompañar, para ser una pizca mejores de lo que somos.
No quiero que sea un espacio aburrido, lineal ni profundo que nos pueda llevar a un cierto aburrimiento moral e intelectual, porque yo siempre he imaginado a Jesús, nuestro Jesús, como un Tipo jovial, en ocasiones, rallano al cachondeo, además de un gran amigo de los niños, defensor de la nobleza, la humildad y la justicia. En resumidas cuentas, simplemente como un Hombre de esos que se visten por los pies.

Así que queda inaugurado oficialmente este blog, dedicándolo en primer lugar a mi familia que siendo como son, me hacen fácil el intentar ser buena gente.

Dedicarlo también a todas aquellas personas que vistan de negro o no, me aportan con sus enseñanzas, cariño y comprensión, algo muy en desuso en nuestro tiempo, llamado "esperanza".

Hoy me lanzo al ruedo de esta aventura bloguera.

¡Que Dios reparta suerte! 

Gracias.

 

 P.D. Querido Amigo, si en algún momento te fallo, me paso, o peco de algún modo por lo dicho o hecho, te suplico me perdones, porque seguramente, “no sabía lo que hacía”.

Siempre Tuyo,

Luis