"Quisiera saber llorar como un niño para sentirme mejor hombre"
"Vivo para creer; creo para vivir"

sábado, 7 de octubre de 2017

A ras de suelo




Busqué un lugar donde llorar como un niño para sentirme mejor hombre.

Busqué un lugar, donde enterrar lo peor de mí abriendo alma, corazón y sentimiento.

Y lo encontré. Y al encontrarlo, me encontré también conmigo mismo. Con ese otro yo que no sabía, o no quería que existiera.

Un tipo imperfecto como el que más; desmadejado en pensamiento y obra; acelerado en conclusiones, crítica y orgullos.

Uno que pensó que era y no era así. Uno de tantos, que de poco hacía mucho sin darse cuenta que para ser algo, debía comenzar por ser nada.

Me dejé llevar. Ver, oír y sentir, fueron los verbos que me acompañaron y deseo me acompañen siempre.

He visto, oído y sentido, en apenas cuarenta y ocho horas, asombros escondidos, palabras en torrente, pañuelos enjugando miserias, abrazos en brazos de grandes hombres fundidos en ojos sinceros.

Hombres de grandes cumbres venidos a ras de suelo. Hombres que siendo grandes, ahora lo son aún más siendo pequeños.

Hoy, quien me conoce, sabe que mi fachada no cambió; pero mi mirada sí.

Una mirada con ojos de comprensión, de respeto, de sinceridad, de tristezas decoradas de alegría, de iras en calma y soledades tumultuosas.

Busqué un lugar donde llorar como un niño para sentirme mejor hombre…

… y lloré



INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Oh Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo.
Inspírame siempre lo que debo pensar,
lo que debo decir, cómo debo hacerlo,
lo que debo callar, cómo debo actuar,
lo que debo hacer, para la Gloria de Dios,
bien de las almas y mi propia santificación.

Espíritu Santo, dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender, 
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar,
dirección al progresar
y perfección al acabar.

Amén